ENTREVISTA AL ESCRITOR DE SEVMIONE "OFIUCO NEFEL" - PARA FICS Y LETRAS
Las siguientes preguntas nos dejarán conocerte y guardará para la historia lo que tú quieres mostrarnos como escritor en general y también como escritor de Sevmione.
OfiucoNefel, autor de Sevmiones, fundador del grupo SSHG
- ¿Cuál es tu nombre de escritor y por qué lo usas? ¿Qué ciudad y país te vio nacer?
Encontré que en Potterfics existía el pseudónimo que pensé, aunque aquel no tenía obra y creo que en ese participante, el nombre se debía a los beneméritos Caballeros del Zodiaco.
Así que decidí crecer mi pseudónimo para conservarlo. Buscando eufonía me vino a la mente la palabra Nefel. En un primer momento creí que era mi invención, en el deseo de buscar un sonido armónico y no un significado, pero con el tiempo me he dado cuenta que debió ser inconsciente, pues Nefel existe y significa nube. Néfele, en griego, es la diosa de las nubes, así que debí conocer el nombre en épocas anteriores, porque me gusta la mitología griega.
Nací en Ciudad de México, en la zona sur. Hasta los 7 años de edad viví en una “vecindad”, que es un multifamiliar de escasos recursos. El sitio mejoró desde mi infancia, pero entonces era bastante modesto: pequeños departamentos con baño, cocina, sala y una sola habitación; mi padre dormía en un sillón de la sala. Peligroso lugar, porque en la azotea se reunían muchachos a fumar marihuana e inyectarse sustancias. Una vez casi me atrapa uno de ellos, pero salí corriendo. Los juegos infantiles eran en el corredor circular donde estaban las entradas de las casas, pasaje abierto hacia abajo, desde donde se veían los otros tres pisos con la misma forma.
En una pared del fondo de la vecindad había un pequeño orificio donde mis amigos y yo atisbamos una vez la vecindad de al lado; me llamaba la atención la gran diferencia. Donde yo vivía era de piedra y ladrillo desnudo, con una eterna inundación sucia en el patio del centro. Y a través del orificio en el muro, a los 5 o 6 años de edad, vimos “la otra vecindad”, que era su nombre, y era pulcra, pintada de blanco, con plantas, tranquila y ordenada. Afortunadamente mis padres lograron sacarnos del lugar al año siguiente, pero por entonces, cuando asomé por la oquedad a lo que para mí era un mundo de fantasía, compartiendo la expectación con los amigos, se me cimentó el hacerme preguntas sobre otras posibilidades de la vida, así como la atracción por el misterio, lo desconocido, los velos entre mundos y el descubrimiento de realidades, temas de los que he escrito en forma recurrente.
Había una niña mayor que yo, en el piso de abajo, que nunca salía y miraba jugar a las niñas por su ventana. Me parecía triste. Un día llamé su atención desde arriba y la hice reír. Me ha sido un cuadro romántico, la niña enferma, nostálgica, de unos 8 años y yo de 4 o 5, en otro piso, actuando para hacerla sonreír. Una mañana su madre y ella subieron a casa y su mamá le agradeció a la mía porque yo la animara. Yo había estado en lo cierto sobre la razón de que ella no saliera y supe que tenía una enfermedad que con el paso del tiempo entendí que era cardiaca. La miré desde la puerta de una habitación, con timidez, y no le hablé. Recuerdo como si fuera ayer, su sonrisa fresca, sus ojos alegres vueltos hacia mí, y su vestido. Verla ahí, en la puerta de mi casa, su emoción, me otorgó una sensación de recompensa y fue la primera vez que sentí admiración por una chica.
Un día, súbitamente dejé de verla, no supe más, y la ventana de su casa abandonada quedó sin la niña, y la cortina entrecerrada. Pese a ello, la vivencia me dejó una forma de intuir y de percibir los sentimientos y los mundos femeninos. Más: Considero que en pasajes de mis Sevmiones, cuando nace la comunicación pese a las distancias de los protagonistas, así como en la manera que adopta Hermione, y en la actitud de Snape, subyace en parte aquella experiencia, cuyas preguntas con respecto a los misterios de las encrucijadas de la vida me acompañan hasta hoy.
- ¿En qué momento del día escribes o cuál sería tu ambiente ideal?
Usé máquina de escribir eléctrica, hoy tengo la computadora para temas relacionados con mi profesión; para mis intereses en la historia y la creación de música por computadora y videos, tengo otra, una reliquia de los años 1990. Alguna vez le he tomado foto.
En muy contadas ocasiones escribo acompañándome de una copa de vino. Es inusual y ha de ser un sábado muy por la noche. Me gusta la cultura de Italia, entonces me he servido un Valpolicella. De otros países, un vino bueno, asequible y sin pretensiones es el J. P. Chenet. Generalmente no bebo, y menos tomo alimentos; por una temporada fumé, pero tiendo a que cualquier cosa se me olvide por escribir. He olvidado acudir a reuniones o fiestas por estar escribiendo, y lo recuerdo hasta que me llaman para reclamarme.
Prefiero la música como acompañamiento, en la oscuridad total, con la lámpara encendida en el escritorio, que hice copiar de un modelo del siglo XVIII, donde tengo algunas reproducciones de objetos históricos conseguidos en viajes. Hago pausas rara vez; puedo trabajar 12 horas o más de corrido, aunque también asomo por la ventana, admiro el cielo o el pasar los autos, salgo al jardín donde tengo una fuente estilo romano, una enredadera, flores y helechos que planté. Si es de día y estoy de vacaciones me coloco cerca de un parque donde vivo, de pie sobre una avenida larga, poco transitada, a dejar correr la nada... A respirar y dejarme ir en la soledad.
Esa aparente nada es el todo de la hora ideal donde alimentas tu espíritu y donde puede nacer la inspiración, o percibes el día como si hablaras con él, o los espacios de ti mismo.
- ¿Cómo fueron tus comienzos en la escritura narrativa? Quizá algún pequeño cuento que nadie sabe que existe, escrito a muy temprana edad...
Desde los 16 años incursioné en la ciencia-ficción y el terror, obteniendo premios en certámenes de la Universidad y del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. También publiqué en revistas de sci-fi como “Asimov”, “La langosta se ha posado” y “Umbrales”, donde aparecieron relatos míos como Rosas rojas para mercedes, Iremos al corazón de un astro, Simultec y Terminal 410, éste sobre viajes por el tiempo que se realizaban en un sistema de elevadores dimensionales, un sueño recurrente.
Me enteré años después, porque el libro está en línea, que se me antologó con Terminal 410 en una selección del Instituto Politécnico Nacional. Tardíamente por las circunstancias, pero agradecí al coordinador, Gonzalo Martré, que lo incluyó. Martré es un gran autor, que a los 60 o más de edad convivía perfectamente con escritores de 25-26 años y que llegaba a las premiaciones elegantemente ataviado, luciendo sombrero con garbo, haciendo una entrada triunfal llevando a alguna bella chica del brazo, mientras los demás generalmente íbamos solos. Ahora que lo recuerdo, en efecto nunca fui acompañado a recibir un diploma, aunque iba de traje y corbata, lo que sería algo severusiano.
He publicado dos novelas en papel, de las que he dado conferencias en museos. Creo que subiré mis trabajos originales en Wattpad, que tuve en Scribd y borré. Una de esas novelas, La casa del ardiente verano, podría ser un Sevmione.
- ¿Crees que la forma en la escribes describe mucho lo que tu corazón a veces no expresa por completo en oratoria? Supongamos que en algunas conversaciones o convivencias sociales tienes esas palabras que sólo pueden ser escritas...
Yo sería no el que oye, ni el que encuentra, sino uno que busca. Lo que escribo hace referencia a lo inasequible, a lo que se intenta atrapar en palabras o actos, así sea en novelas de vampiros como La Discípula o en mi Sevmione Cuando tu mirar. Me mueve mucho el deseo de expresar. La oratoria brinda herramientas, como la práctica de la argumentación, pero permanece el ideal de lograr esa expresión del lenguaje que no logras definir.
Lo que sabes de profundo, lo entiendes siempre y cuando no intentes decirlo, porque no lograrás verbalizarlo; ése es un problema que ha abordado la filosofía. Es como la pregunta de “¿Quién eres?”, que la filosofía te enseña a responder como: “Eres aquello que te hace ser tú.”
En literatura eso abre un horizonte enorme para las búsquedas heroicas, que lo son por estar destinadas a no lograr su objetivo, pero que en su transcurso se vuelven relatos y si bien te va, en algo que puedes comunicar.
Estoy convencido que las preguntas son sus propias respuestas porque te lanzan a ser. Saber es el final de un camino que concluye en querer saber otra cosa. Por ello es que en lo personal creo que en vez de decir, lo que hago es preguntar. Lo mío es hacer un mapa de interrogantes, hallar el significado en el relato de los sentires, de los lugares, de los vislumbres.
Ahora bien, escribimos como hablamos. En el ship, no Hermione, sino como habla Snape, es donde estoy más presente en la expresividad, pero sin ser yo porque no es autobiográfico. Fuera del fandom, en una circunstancia de vida que me lo permita, yo sí me dejo ir y expreso poéticamente lo que siento, pues encuentro que no hay otra manera, ya que los “te quiero, te amo” son ciertos, pero son insuficientes, y así describo a la otra persona frente a ella misma en términos de intensidades y de tejidos de frases, hago metáforas, pinto óleos verbales, no como figura de estilo, sino llenándolas con la verdad de lo que siento. En Eso que no sé decir me planteo varias de esas temáticas.
Hemos sabido por la historia que muchos escritores clásicos o contemporáneos han tenido ese tipo de ataque de ideas el cual los pone a escribir de inmediato situándolos en ese momento por conseguir papel o pluma con desesperación... ¿Te ha sucedido?
¡Muy cierto! Eso de buscar con qué escribir, con una idea revoloteando, es como ir en pos de Xanadú. Ten una inspiración y a la vez analiza dónde conseguir papel y bolígrafo. Dicen que nadie puede pensar en dos cosas al mismo tiempo; me consta que los escritores sí pueden.
Me ha sucedido, aunque si no llevo con qué, prefiero no buscar. Cargo una libreta de taquigrafía o una Moleskine, pues soy de los que pueden ir por la calle o estar por dormirse, o comiendo o en el gimnasio de boxeo, que practico como deporte, y que si tiene una idea se pone a redactarla ahí mismo. Pero si no llevo con qué, prefiero redactar en mi mente, con la repetición memorizo o me planteo un argumento en tono de: 1) pasa esto; 2) sucede aquello, y llevándolo en términos generales en mi mente, llegando a casa antes de beber agua lo redacto. En la oficina una vez entré diciendo: “No me hable nadie”, para que no me distrajeran antes de escribir una frase que traía. Un compañero lo captó, quiso hacerme la graciosada de distraerme con hablar y le lancé un libro con efectos de crucio.
Podría usar el celular para grabar, pero al verbalizar se cobra otra dimensión y las ideas conviene incubarlas en silencio. Escribir con el teclado del móvil me exaspera. Tengo servilletas donde tracé argumentos. Alguna vez me lo escribí en un antebrazo. Otra, pasé cerca de una taquería y se me ocurrió cómo sería que un chico de barrio llegara a Hogwarts, por lo que parte del camino me fui redactando en la mente un párrafo de alguien hablando en caló, pero con temas del mundo mágico y que se volvió Blue Demon vs Draco Malfoy.
Puedo repasarme un párrafo en voz baja y me importa un comino que se me vea y se dude de mi cordura. Por ejemplo, me gusta declamar. Lo he hecho en presentaciones de museos y puedo sin ningún género de dudas, ir por la calle repitiéndolo y ensayando los gestos. Me levanto a horas raras para escribir, dos o tres de la mañana; también en alguna época de insomnio; lo más reciente que escribí de madrugada fue un sueño de vampiros, que por cierto no he hecho relato.
- ¿Alguna vez ha sido en un lugar donde casi era imposible hacerlo, un momento complicado?
En situaciones humanas no soporto los aires de “soy artista”; escribir en una cafetería porque es la moda de los escritores o les da aparador, no me va. Por otra parte, no soporto la pose en un escritor. Me genera antipatía quien desea ponerse en un nivel especial por tener trayectoria o por creer que la tiene; quien te da una opinión de tu obra, pero para que veas cuánto sabe. Eso habla fatal del que adopta esa actitud. Yo simplemente me alejo o alejo.
Mi guía es que hay que reconocer el talento de otros y ser amable, sabiendo que no por escribir eres alguien aparte. No es una ley, pero es válido para escritores y escritoras. Uso “escritor” en neutro. Tuve la suerte de aprender eso en la adolescencia. Cuando cumplí 15 años conversé con un gran autor, Germán List Arzubide, qepd y él, que tenía unos 60 años o poco más, con su trato amable, atento con el escritor en ciernes que era yo, me respondió preguntas con toda atención y a mis interrogantes disertó sobre algunos de sus versos como si yo fuera su amigo de tiempo atrás. Él era un autor de importancia histórica en México estando en vida, y su hija me contó que él siempre fue así de sencillo. Su sonrisa, su amabilidad, su ausencia de afectación, su interés en lo que yo hacía, indirectamente me enseñó que el talento se acompaña o le conviene tener por cima a la modestia. Tuve el gusto de decirle que lo admiraba, y años después en su homenaje en Bellas Artes le aplaudí emocionado en primera fila, aunque él no me vio pues estaba un poco enfermo a sus 99 años. Yo le estaba agradecido por su obra, y en lo personal porque me fue un modelo, no para copiar, sino para aprender.
Por supuesto no me considero a su nivel, sino que esa tarde fue un Maestro del entender a autores y lectores. En ocasiones tengo la fortuna de recibir bellos comentarios en mis relatos originales, pero sobre todo en los Sevmiones descubro la parte humana de mis lectoras, su generosidad, y recuerdo a don Germán List Arzubide.
- ¿Te inspiró alguna persona o alguna situación en particular para comenzar esa historia o historias que amas haber escrito?
Para todo escritor, la primera fuente de inspiración será su propia vida, en las experiencias y en lo que ha atestiguado. Pero aun aquello en lo que somos terceras personas, nos pertenece. Como explican en psicología y en historia, somos depositarios de los relatos de la colectividad.
Lo que un taxista me cuenta, tengo suerte para ser su confidente o de las personas en la fila de súper, se hace mío, pero si lo narro, tanto eso como lo personal pasa a través de un filtro donde deja de ser autobiografía y se destina a otros ojos.
No sé si algún escritor pueda pasar sus vivencias tal cual al papel y sólo cambiar el nombre de los personajes. Yo no puedo. Si intento hacer eso me da dolor de cabeza. La historia me desagrada, me siento fraudulento y se cae, no fluye porque no me dice nada que pueda compartir. Todo ha de pasar por un tamiz y volverse otra cosa. Y ya que hablamos del Mundo Mágico, se le ha de pasar por el atanor personal donde hacemos la alquimia de contar algo que signifique para los demás, luego de sublimarse.
Por eso creo que por principio uno escribe para sí mismo, pero a medida que se hace, se vuelve para los demás conforme pasa por ese filtro. Es un proceso emocional para el narrador. Cuando escribo puedo reír, enojarme, interesarme y he llorado en ciertos pasajes. No tengo ningún problema en decirlo. El hombre que se sienta incómodo con las emociones tiene un problema que debería analizar. Sí para mí lo que escribo tiene una realidad, y en mí pasa por el relatar con sinceridad de pensamientos y sentimientos, puedo confiar que con eso podrá haber un relato que pueda decir algo a mis lectoras.
Sobre las situaciones, aunque tenga guion o vaya naciendo, comulgo con el dicho de una escritora española: Cuando empieza un relato le emociona pensar en las personas interesantes que conocerá. Comulgo porque es igual, sé de dónde va y a dónde llegará un fic, pero el transcurso es la aventura, pues es descubrir qué harán, cómo reaccionarán o decidirán.
La conformación de Hermione viene de mi relación cercana o de amistad con el género femenino a lo largo del tiempo. Observo mucho en forma natural, lo cual incluye a mis amigas, hermanas, parejas que he tenido, mujeres en el transporte público, en la situación donde esté. Ver el sentir, el decir o cuando me cuentan lo que otras dijeron, me ayuda a dar voz a Hermione y a su talante en varias situaciones.
Severus es mi personaje predilecto; sin saber su realidad, yo al menos sospechaba que no era el villano que decían. La misma Hermione llega a dudarlo. Como también puedo ser sarcástico y ceremonioso o tormentoso, o apartarme en las sombras, lo entiendo. Y creo que en su base psicológica hay elementos para que en la situación adecuada pueda ser un romántico.
Sobre personas concretas,he dedicado capítulos o fics nacidos del deseo de hacer un obsequio o dejar asentado que se me ocurrió por alguien en especial. Hace poco en SSHG solicité cinco palabras a las integrantes para estructurar un Sevmione. Las mencioné y agradecí. Pese a ser letras en una pantalla, somos personas y así debe ser el trato.
Dediqué un fic a una persona a quien había dicho esa idea de no poder expresar el sentimiento con palabras, pero buscar comunicarlo pese a todo. En otro fic incluí una carta de declaración, pero es real y ahí lo digo. La escribí hace varios ayeres a una chica que trabajaba en una cafetería. Me causó enorme impresión e intuí en ella una complejidad que me interesó. Primero dejé la carta anónima en el buzón de sugerencias, pero luego me presenté y le revelé que fui yo. Ella fue amable, y aunque terminó por no aceptar, fue una experiencia que me alimentó; creo que en parte su reacción fue por mi forma de decirlo, no iba a ser fácil comprender a alguien que llegaba con un torrente. Pero como la carta me gustó como para no dejarla perder, la incluí en un Sevmione con algunas modificaciones, como los nombres, para que perteneciera a los personajes.
¿Cuándo y por qué apareció el Sevmione?
Conocí el fandom porque me interesó que los primeros fanfictions nacieron de la serie de culto Star Trek. El fenómeno del fanfiction entendido como un objeto de estudio me interesó por sus características. Las ficciones de fans no son nuevas. Hay un final alternativo de La Celestina que críticos consideran podría ser el primer fanfiction.
No es exageración verlo así. El fanfiction se considera hoy día como literatura emergente y se le debe tomar por género literario. Ha sido motivo de tesis doctorales incluyendo al Sevmione, por la calidad, las temáticas, los asuntos que plantea y sus normativas.
Por ello, para conocer más, busqué en Google “Fic+Snape”, y me apareció la web Fanfiction, con el Sevmione “Perdidos”.
“Perdidos” es un clásico, y tiene el efecto, iba a decir el karma, pero eso sonaría raro, de influir en muchas lectoras y hacerlas voltear al Sevmione.
Fue lo que me pasó desde la perspectiva de mi género. Sé que no son comunes los autores de fics y en especial de Sevmione. Es común y normal que lectoras de inicio me escriban: “Oye, chica” y yo responda: “Eh…” Supongo que sucederá a los demás caballeros que se dediquen al ship, que no creo errar al decir que somos como tres. No los conozco, ni los he leído.
Al terminar El Mastín… recordé “Perdidos” y decidí hacer un Sevmione, que fue Fetish Slytherin.
Pude elegir el dramione, porque lo pensé, y fue importante porque era una decisión de un solo lado, pues yo sabía que solamente podría cultivar uno de los dos ships. Tengo un Dramione inconcluso, pero Hermione y Snape me interesaron más.
Y lo elegí pese a ciertas críticas y ataques. Eso no importa, sino lo que quieres hacer. Todo fandom de toda saga tiene sus discusiones e incluso sus mezquindades. Los pairings de HP no iban a ser la excepción. Lo que genera el Sevmione en ciertas mentalidades es una discusión inútil. Lo es y en un lugar importante, porque en los haters hay un lavado de cara al invocar la ética y descalificar, pero ellos no son precisamente ejemplos de moral. En otros hay una incomprensión o tienen “issues”, asuntos muy personales que rayan en el trastorno cuando se ponen a hablar como si Hermione y Snape se pasearan de manera regular frente a sus casas.
Quien aspire a ser escritor profesional debe dejar de lado los juicios de bueno y malo. Descalificar lo que fuere habla de las personas que juzgan, pero no es una crítica literaria.
Algo muy importante: Hermione no es Lolita. Es una joven, madura, cuya motivación no es sexual, sino anímica e intelectual, y que encuentra un interlocutor en Snape como él en ella. Y aun si la escribieras como una Lolita se debe tener criterio. En otro orden, la chica que se enamora del adulto o viceversa es un motivo literario profusamente cultivado desde tiempo atrás, como en el poema La chica de Okinawa, así como en el manga, el anime, obras cinematográficas o en la novela de Marguerite Duras, El amante de la China del norte.
Yo siempre tengo en mente a la Hermione del final de la saga. No se me ocurre evocar a otra. A veces ubico en el tiempo el relato más atrás porque me interesa la trama en un momento específico por razones argumentales, pero también me lo puedo saltar porque el fic es literatura no canónica, sino canon de los fans o fanom.
Una cosa es cierta: Nadie de quienes están en el ship lleva en su mente lo que sí tienen los haters. El mal está en los pensamientos de ellos.
En Sobre mis fics y Sevmiones lo explico en detalle, pero les comparto que el Sevmione me interesó porque plantea la dinámica humana del “encuentro”, que se da cuando dos personas se desprenden de un ambiente previo, feliz o no, pero conocido y por ende fuente de comodidad (aunque sea negativa, como Snape con Lily), para aventurarse al conocimiento de otra persona. Ese conocimiento ocurre forzosamente en otro ambiente, con otra persona, y con el riesgo que implica el cambio, para lograr la vivencia más importante, el amor. Eso es el Sevmione: Dos personas aparentemente irreconciliables que logran romper el pasado y saltar la barrera de las apariencias.
- ¿Cómo surgió “Quizá después profesor Snape”? Y si somos más curiosos, ¿cómo surgieron los demás Sevmiones, incluso los OS? Podrías hablarnos de cada uno si te apetece.
Luego de Fetish Slytherin escribí Quizá… un OS, porque estaba empezando un fic de Pansy Parkinson, Un amor improbable.
Estando en el fic de Pansy, que es muy de juego, leí los comentarios del OS días después y encontré muchas solicitudes de seguirlo. Desconocía que esas dinámicas ocurrían. Me han preguntado de secuelas en Cuando tu mirar y por el final de Diciembre íntimo. De éste sí considero redondearlo como lo pensé.
Cuando terminé el fic de Pansy, se me hizo descortés dejar las entusiastas solicitudes de continuar Quizás… y lo retomé.
Habían empezado las lluvias en Ciudad de México, temporada que me gusta por encima de todas. El agua, las calles, los cielos nublados, el frío, las luces… Decidí ubicar la historia en un Hogwarts lluvioso, retomando el OS como desencadenante de la relación.
El llover que escuchaba por la ventana, en ocasiones con la cortina descorrida, mi propio andar en las calles lluviosas… Días y noches de aguaceros y lloviznas fueron dejando que la historia se deshilvanara en un recorrer por el castillo, que es un viaje también por ellos mismos y sus verdades.
La soledad del castillo en ese ambiente me hizo percibir opciones y situaciones, pues aunque siga un guion escrito o en mi mente, siempre digo que escribo lo que veo, hago una descripción de escenas que existen independientemente de mí.
Ese es el origen de Quizá después… Como la mayoría de mis Sevmiones es romántico a la antigua. Me agrada porque mi obra original no es romántica, todo lo contrario, todo son encrucijadas que se cobran un precio. Yo podría vivir en la novela Cumbres Borrascosas, pero los fanfictions tienen un mensaje especial.
Pienso que me recordarán más por mis fics que por los otros trabajos, y me agrada, pues dejo correr la imaginación para un público de lectoras que la tienen. Quizá después, profesor Snape es mi Sevmione más leído, lo cual agradezco.
Busco variaciones: Uno se enamora primero, o hay cosas que se desconocen. O ambos aman. O en vez de amar, odian, o al contrario, se aman en una dimensión bucólica.
Creo que mis temas son poco frecuentes. Varios tienen el sello de mis influencias, que salen de lo habitual para el Mundo Mágico y así fusiono con géneros que conozco bien como el sci-fi en Hogwarts Cyberpunk, Sevmione que se desarrolla en un universo de magia tecnologizada; terror en Abrazo oscuro; gótico en Grimorio para tu alma o fetichismo en Calabozos de Hogwarts.
Hago alusiones a fics en otros. Un amor… tiene una escena donde Hermione, que aparece una vez, lanza una mirada a Morthred, mi personaje OC de El Mastín de Snape. El Sevmione Hogwarts Cyberpunk hace referencia a una escena de Cuando tu mirar. Éste evoca el OS Los campos de Coventry.
Sería muy grato para mí contar cómo nació cada Sevmione porque lo tengo presente y cada uno tiene su historia, pero creo que sería algo fatigoso para las lectoras.
Es justo que haga un reconocimiento. Puedo entender que mis fics no sean de lectura “fácil”, pero eso me ha asegurado contar con lectoras sólidas, de criterio, que entienden de argumentos que pueden no ser sencillos. Y nada sería posible sin las lectoras. Les debo todo, todo en el mundo literario del fandom y aprovecho para agradecérselos.
Yo valoro su gentileza y la manera en que comparten sus impresiones, sus sentimientos de la lectura, la generosidad de compartirlos, puedo vislumbrar sus almas y es lo que agradezco always.
- ¿Los Sevmiones más antiguos que te inspiraron, que has leído? En caso de que haya sido así.
El más antiguo es “Perdidos”. No leí la secuela porque quedó incompleta. No fue mucho una inspiración, sino que me mostró una posibilidad expresiva, aunque mis relatos tienen un tono diferente de ese fic señero.
Fuera de eso no leo fics con regularidad y ofrezco disculpas. He leído a Lady Basilisco, Anita Snape, Alana Severia, B.B.A., Mary Lou Prince y capítulos de autoras cuyo trabajo me llama la atención. Mi lío es la falta de tiempo. Me la he arreglado para mantenerme en el fandom, pero aunque me encantaría dedicar más, no me es posible.
Me inspira directamente el romanticismo decimonónico, que para mí es totalmente vigente.
Sonará anacrónico o anticuado y puedo entender que hasta sea difícil de concebir o aburrido, pero yo me considero romántico. No es estar en lo irreal, tengo un mundo material, pero siento como se sentía en ese tiempo.
- ¿Qué tipo de lectura te gusta? ¿Cuál es el libro que lees ahora? Y ¿cuál es tu libro de libros?
La literatura rusa, francesa, alemana, las investigaciones de historia de la Antigüedad. Acabo de leer la Caida de Roma, de Peter Heather. Mi libro de libros es El fin del Mundo, de Camilo Flammarion, personaje interesantísmo, astrónomo, al que creo le habría gustado el mundo del fanfiction.
- ¿Podrías decirnos qué encontrarían las personas al leerte?
Me gustaría que no me encontraran, es decir no a mí, sino que hallaran algo de sí mismas en los relatos, o un instante de belleza que las enriqueciera.
- ¿Qué significa "Sevmione" para ti?
Descubrimiento, horizontes, amor, encuentro, fe, audacia.
- ¿Qué mensaje valioso tienes a otros de las letras en general y también del Sevmione?
La literatura es un tesoro que conviene cultivar lo más pronto posible. Tu vida se alarga en la percepción. Aventúrate al goce estético, pero también a las preguntas sobre ti mismo que vienen de las letras. Nunca tengas vanidad, sino amabilidad, reconoce el talento de los demás y alégrate con ello.
En cuanto al Sevmione, si lo conoces, lo que puedo decir no será más importante que lo que tú pienses. Si no lo conoces, ven a conocerlo. Si te agrada, quédate.
- Por último y no menos importante... ¿De las dos casas más resaltantes en el Sevmione (Gry y Sly, por cuál te inclinas y por qué?
Por Sly. Es una Casa por naturaleza dueña de una cierta oscuridad, y esa me viene bien en el sentido del misterio.
- Muchas gracias por compartir con nosotros.
Gracias, mucho éxito.
Por: @B.B.A.Jonimoli10 - Sevmione
0 comentarios:
Publicar un comentario